«Señor mío y Dios mío, si Tú quieres verme sufrir así, bendito seas». Supe entonces que hacía falta más valor para sufrir que para morir.
José María Zavala, El secreto mejor guardado de Fátima.
Sí, a pesar de mi pequeñez quisiera iluminar a las almas como profetas y los doctores
¡cuanta razón tienes!! Bendiciones!