Confesión Gabriele Amorth San Pío de Pietrelcina

Sin cruz no se puede seguir a Jesús

Diría que el Señor, con su pasión y cruz, nos ha redimido completamente de todo, pero quiere la aportación de nuestro sufrimiento. Así pues, digo: por eso era necesario que él nos diese el ejemplo del máximo de sufrimiento.

Durante 26 años estuve yendo a ver al P. Pío. Una vez hablé con él: había una señora que conocía, y que el P. Pío conocía muy bien —hija espiritual suya, anciana, que tenía enormes sufrimientos—. Ella le dijo: «Padre Pío, entiendo que mis sufrimientos no son comparables con los sufrimientos de Jesucristo, pero los sufrimientos de Jesús duraron en total tres horas».

El P. Pío la contempló con un aire de compasión y le respondió: «¿Pero no sabes que Cristo está en la cruz hasta el fin del mundo?».

Todos asistimos a la misa. ¿Qué sucede durante la misa? Cuando pronuncio las palabras de la consagración —Dios es el dueño del tiempo— tomo el único sacrificio de la cruz de hace dos mil años, lo pongo sobre el altar, lo hago presente; y así centenares de miles de veces cada día, tantas veces cuantos son los sacerdotes. Y así hasta el fin del mundo. Y así desde el comienzo.

Muchas veces me he preguntado: ¿fue la Última Cena una verdadera misa o no? Alguna vez me he quedado perplejo, y después me dije: sí, Jesucristo hizo lo que nosotros hacemos todas las veces que celebramos la misa. Él tomó el sacrificio del viernes —nótese: aún era jueves—, tomó el sacrificio del viernes, que estaba aún por venir, y lo hizo presente. Lo hizo presente. Y eso es lo que nosotros hacemos todas las veces. Por tanto, este sacrificio de Cristo es un sacrificio inmenso y perpetuo, porque Dios paga cada pecado que cometemos, uno por uno.

Y cuando confieso pongo énfasis en decir a las personas: «Fijaos bien qué valor tiene la confesión». Porque tú tienes esta impresión: voy al sacerdote, le confieso mi culpa, me arrepiento, me marcho, estoy absuelto. ¿No te parece demasiado fácil? ¿No piensas que detrás de esa absolución está la pasión y muerte de Cristo?

Padre Amorth
Mi encuentro con el diablo

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