Staretz Tadej de Vitovnica

Nuestros pensamientos, nuestra disposición, nuestros deseos determinan nuestra vida

Nuestros pensamientos, nuestra disposición, nuestros deseos determinan nuestra vida. Según los pensamientos en que nos ocupamos, así es nuestra vida. Si nuestros pensamientos son serenos, silenciosos, llenos de amor, bondad, pureza – entonces en nosotros gobierna la paz, porque todos los pensamientos tranquilos están dando la paz interior, que irradia de nosotros. Si llevamos en nosotros los pensamientos negativos, infernales, entonces nuestra paz interior está destruida.

Los Santos Padres dicen sobre los pensamientos: «El pensamiento que destruye la paz y por el cual no podemos calmarnos, ese es desde el infierno y necesitamos rechazarlo, no aceptarlo». Tenemos que esforzarnos para nuestro propio bien, para que se fortalezca en nosotros la paz, la alegría, el amor divino.

Nuestro Padre Celestial quiere que nosotros, Sus hijos, tengamos Sus rasgos divinos, que estemos llenos de amor, paz, alegría, consuelo, verdad, generosidad. El Señor quiere, pero no todos nosotros queremos ser dóciles y humildes, porque aquel alma que es dócil y humilde irradia la generosidad y bondad de sí. Tal alma, aún cuando calla, siempre emite de sí ondas sosegadas, silenciosas, llenas de amor y bondad. Tal alma no se ofende cuando le arrojen anfibios y serpientes, pueden darle una paliza pero ella siente lástima por los otros porque se mortifican tanto.

No hay muchos así en la Tierra, pero por ellos el sol calienta y Dios nos está dando Su bendición para vivir, para tener todo lo necesario para la vida. Nosotros debemos cambiar nuestros pensamientos.

Staretz Tadej de Vitovnica