La Santí­sima Virgen es la Reina del cielo y de la tierra pero es más madre que reina (Santa Teresa de Lisieux)

Sí, a pesar de mi pequeñez quisiera iluminar a las almas como profetas y los doctores

  • Facebook
  • Inicio
  • Índice
  • Oración
    • Oraciones
  • Santísima Virgen María
  • Santo Rosario
  • Eucaristía
  • Confesión
  • Sagradas Escrituras
  • Ayuno
  • Limosna
  • Silencio
  • Santa Teresa de Lisieux
    • Vida
    • Escritos
      • Manuscritos
        • Cartas
        • Historia de un alma
      • Oraciones
      • Poesías
    • Mensaje
    • Misión
  • Textos
  • Archivo
  • Música
  • Testimonios
  • Donaciones

La Santí­sima Virgen es la Reina del cielo y de la tierra pero es más madre que reina (Santa Teresa de Lisieux)

  • Facebook
  • Facebook
  • Inicio
  • Índice
  • Oración
    • Oraciones
  • Santísima Virgen María
  • Santo Rosario
  • Eucaristía
  • Confesión
  • Sagradas Escrituras
  • Ayuno
  • Limosna
  • Silencio
  • Santa Teresa de Lisieux
    • Vida
    • Escritos
      • Manuscritos
        • Cartas
        • Historia de un alma
      • Oraciones
      • Poesías
    • Mensaje
    • Misión
  • Textos
  • Archivo
  • Música
  • Testimonios
  • Donaciones
Ayuno San Pedro Crisólogo

La oración llama, el ayuno intercede, la misericordia recibe

Unknown's avatar
by CdJ
04.03.24
Comments 0

Tres son, hermanos, los resortes que hacen que la fe se mantenga firme, la devoción sea constante, y la virtud permanente. Estos tres resortes son: la oración, el ayuno y la misericordia. Porque la oración llama, el ayuno intercede, la misericordia recibe. Oración, misericordia y ayuno constituyen una sola y única cosa, y se vitalizan recíprocamente.

El ayuno, en efecto, es el alma de la oración, y la misericordia es la vida del ayuno. Que nadie trate de dividirlos, pues no pueden separarse. Quien posee uno solo de los tres, si al mismo tiempo no posee los otros, no posee ninguno. Por tanto, quien ora, que ayune; quien ayuna, que se compadezca; que preste oídos a quien le suplica aquel que, al suplicar, desea que se le oiga, pues Dios presta oído a quien no cierra los suyos al que le suplica.

Que el que ayuna entienda bien lo que es el ayuno; que preste atención al hambriento quien quiere que Dios preste atención a su hambre; que se compadezca quien espera misericordia; que tenga piedad quien la busca; que responda quien desea que Dios le responda a él. Es un indigno suplicante quien pide para sí lo que niega a otro.

Díctate a ti mismo la norma de la misericordia, de acuerdo con la manera, la cantidad y la rapidez con que quieres que tengan misericordia contigo. Compadécete tan pronto como quisieras que los otros se compadezcan de ti.

En consecuencia, la oración, la misericordia y el ayuno deben ser como un único intercesor en favor nuestro ante Dios, una única llamada, una única y triple petición.

Recobremos con ayunos lo que perdimos por el desprecio; inmolemos nuestras almas con ayunos, porque no hay nada mejor que podamos ofrecer a Dios, de acuerdo con lo que el profeta dice: Mi sacrificio es un espíritu quebrantado: un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias. Hombre, ofrece a Dios tu alma, y ofrece la oblación del ayuno, para que sea una hostia pura, un sacrificio santo, una víctima viviente, provechosa para ti y acepta a Dios. Quien no dé esto a Dios no tendrá excusa, porque no hay nadie que no se posea a sí mismo para darse.

Mas, para que estas ofrendas sean aceptadas, tiene que venir después la misericordia; el ayuno no germina si la misericordia no lo riega, el ayuno se torna infructuoso si la misericordia no lo fecundiza: lo que es la lluvia para la tierra, eso mismo es la misericordia para el ayuno. Por más que perfeccione su corazón, purifique su carne, desarraigue los vicios y siembre las virtudes, como no produzca caudales de misericordia, el que ayuna no cosechará fruto alguno.

Tú que ayunas, piensa que tu campo queda en ayunas si ayuna tu misericordia; lo que siembras en misericordia, eso mismo rebosará en tu granero. Para que no pierdas a fuerza de guardar, recoge a fuerza de repartir; al dar al pobre, te haces limosna a ti mismo: porque lo que dejes de dar a otro no lo tendrás tampoco para ti.

San Pedro Crisólogo
Sermón 43

Share this:

  • Click to email a link to a friend (Opens in new window) Email
  • Click to print (Opens in new window) Print
  • Click to share on WhatsApp (Opens in new window) WhatsApp
Like Loading...

0 comments on “La oración llama, el ayuno intercede, la misericordia recibe”

Deja un comentario Cancel reply

Post navigation

Previous Post
Next Post

Oración de san Francisco de Asís

Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.
Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.
Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.
Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.
Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.
Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.
Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza.
Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.
Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.

Oh Señor, que yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar,
ser comprendido, cuanto comprender,
ser amado, cuanto amar.

Porque es dándose como se recibe,
es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo,
es perdonando, como se es perdonado,
es muriendo como se resucita a la vida eterna.

«María es toda la razón de mi esperanza» (San Bernardo)

† A.M.D.G.

¡Alabado sea Jesucristo!

«La Humanidad no encontrará la paz hasta que no se vuelva con confianza a mi Misericordia» (Diario de Sor Faustina, 300)

Archives

Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre. Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús. Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea María Santísima, excelsa Madre de Dios.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción. Bendito sea el nombre de Maria Virgen y Madre.
Bendita sea María Santísima, Madre de la Iglesia.
Bendito sea su castísimo esposo San José.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.
Amén.

CUM PETRO ET SUB PETRO

«Ubi Petrus ibi ecclesia, et ibi ecclesia vita eterna.»

V. Oremus pro Pontifice nostro Leo XIV.
R. Dominus conservet eum, et vivificet eum, et beatum faciat eum in terra, et non tradat eum in animam inimicorum eius.

Pater Noster, Ave Maria, Gloria

V. Fiat manus tua super virum dexteræ tuæ.
R. Et super filium tuum quia confirmasti tibi.

Oremus.
Deus, omnium fidelium pastor et rector, famulum tuum Leo XIV, et quem pastorem Ecclesiæ tuæ præesse voluisti, propitius respice: da ei, quæsumus, verbo et exemplo quibus præest, proficere; ut ad vitam una cum grege sibi credito sempiternam.
Per Christum Dominum nostrum.

R. Amen.

https://caminitoespiritual.blog/wp-content/uploads/2017/05/ave-maria-ante-nuestra-senora-del-silencio-chilapa_md_4221940_1.mp3

Related

  • Facebook
Create a website or blog at WordPress.com
Privacy & Cookies: This site uses cookies. By continuing to use this website, you agree to their use.
To find out more, including how to control cookies, see here: Cookie Policy
  • Comment
  • Reblog
  • Subscribe Subscribed
    • La Santí­sima Virgen es la Reina del cielo y de la tierra pero es más madre que reina (Santa Teresa de Lisieux)
    • Join 82 other subscribers
    • Already have a WordPress.com account? Log in now.
    • La Santí­sima Virgen es la Reina del cielo y de la tierra pero es más madre que reina (Santa Teresa de Lisieux)
    • Subscribe Subscribed
    • Sign up
    • Log in
    • Copy shortlink
    • Report this content
    • View post in Reader
    • Manage subscriptions
    • Collapse this bar
%d