Necesitamos contemplativos de la vida diaria. No sólo hombres que unan y sepan alternar armónicamente contemplación y acción, sino hombres que aprendan a contemplar a Dios en la acción y que aprendan a trabajar y actuar con el Dios de la vida.
P. Rafael Hernández de A., Fe práctica en la Divina Providencia, Cap. 4
Necesitamos contemplativos de la vida diaria. No sólo hombres que unan y sepan alternar armónicamente contemplación y acción, sino hombres que aprendan a contemplar a Dios en la acción y que aprendan a trabajar y actuar con el Dios de la vida.
P. Rafael Hernández de A., Fe práctica en la Divina Providencia, Cap. 4
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