Santa María Faustina Kowalska

Diario de Santa María Faustina Kowalska, Nº342-343

El sufrimiento es el tesoro más grande que hay en la tierra, purifica al alma. En el sufrimiento conocemos quien es nuestro verdadero amigo. El amor verdadero se mide con el termómetro del sufrimiento.

 

Oh Jesús, Te doy gracias por las pequeñas cruces cotidianas, por las contrariedades con las que tropiezan mis propósitos, por el peso de la vida comunitaria, por una mala interpretación de [mis] intenciones, por las humillaciones por parte de los demás, por el comportamiento áspero frente a nosotros, por las sospechas injustas, por la salud débil y por el agotamiento de las fuerzas, por repudiar yo mi propia voluntad, por el anonadamiento de mi propio yo, por la falta de reconocimiento en todo, por los impedimentos hechos a todos [mis] planes.

Te doy gracias, Jesús, por los sufrimientos interiores, por la aridez del espíritu, por los miedos, los temores y las dudas, por las tinieblas y la densa oscuridad interior, por las tentaciones y las distintas pruebas, por las angustias que son difíciles de expresar y especialmente por aquellas en las que nadie nos comprende, por la hora de la muerte, por el duro combate durante ella, por toda la amargura.

Te agradezco, Jesús, que has bebido el cáliz de la amargura antes de dármelo endulzado. He aquí, he acercado los labios a este cáliz de Tu santa voluntad; hágase de mi según Tu voluntad, que se haga de mi lo que Tu sabiduría estableció desde la eternidad. Deseo beber hasta la última gotita el cáliz de la predestinación, no quiero analizar esta predestinación; en la amargura mi gozo, en la desesperación, mi confianza. En ti, oh Señor, todo lo que da Tu Corazón paternal es bueno; no pongo las conglobaciones por encima de las amarguras, ni las amarguras por encima de las consolaciones, sino que Te agradezco todo, oh Jesús. Mi deleite consiste en contemplarte, oh Dios Inconcebible. En estas existencias misteriosas está mi alma, es allí donde siento que estoy en mi casa. Conozco bien la morada de mi Esposo. Siento que en mi no hay ni una gota de sangre que no arda de amor hacia Ti.
Oh Belleza Eterna, quien Te conoce una vez solamente, no puede amar ninguna otra cosa. Siento la vorágine insondable de mi alma y que nada la puede llenar, sino Dios Mismo. Siento que me hundo en Él como un granito de arena en un océano sin fondo.

Diario de Santa María Faustina Kowalska, Nº342-343

1 comment on “Diario de Santa María Faustina Kowalska, Nº342-343

  1. Ridi Pagliaccio's avatar
    Ridi Pagliaccio

    El camino del santo es duro. Purgar todo lo que no es, en el mundo simbólico, puede ser aterrador, ya que el miedo muta de acuerdo a las debilidades de la persona, y de la única manera en que se puede reconocer familiarmente. En una pesadilla se despierta en la cama, pero en la vigilia despiertas en la realidad.
    Nuestra pureza, que crea todo sin dudar, sufre de las interferencias de lo que se ha tenido que crear con el miedo a nuestra propia naturaleza, a nosotros mismos, miedos heredados del linaje y la cultura. Esas vulnerabilidades son las que siempre se han usado para el control y el gobiernos de los pueblos sometidos por la fuerza bruta. La pelea es siempre con nosotros mismos y que termina por representarse en el escenario de realidad. Es una guerra interna hasta que la inteligencia ilumina todo lo creado dentro de nosotros, y nos hacemos cargo y responsables.

    Ese mundo lejano en el futuro siempre se encontró y se encuentra en cada uno de nosotros. Y como humanidad, se está atravezando un velo invisible de ilusión.

    El poder tecnocrático que gobierna a los pueblos utiliza estas verdades astutamente, ya que el camino es individual pero las condiciones del ejercicio relatado implica asociarlo a ese poder de manipulación, y de ésta manera se lo convierte en hermético, por lo cuál no se puede dudar de él. Básicamente, la institución toma posición del lugar de Dios secuestrando la verdad, y esto ha hecho que millones de seres humanos se asesinen en guerras estúpidas durante toda la historia. Este modo de asociación es llevado hasta el absurdo por pastores que programan a sus adeptos para que no duden de los beneficios de la abudancia que brinda Dios a su institución por el bien común. La barrera de una fe ciega impide que la lógica divina entre en acción.

    Iglesia y monarquía forman parte de una misma corona.

    Las ficciones mueven el teatro de la vida y cada uno debe actuar brillando con calidez con una fe que ve la realidad de las cosas y actúa en consecuencia con la verdad.

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