Lo que ha hecho conservar la locura a los hombres a lo largo de la historia: el misticismo. Mientras haya misterio habrá salud, y cuando se destruye el misterio aparece la enfermedad.
Las personas corrientes siempre han estado cuerdas porque las personas corrientes siempre han sido místicas. Han admitido el claroscuro. Siempre se han creído con derecho a dudar de sus dioses, pero (a diferencia del agnóstico de nuestros días) también con derecho a creer en ellos. Les ha interesado más la verdad que la coherencia.
Si veían dos verdades aparentemente contradictorias, aceptaban las dos junto con la contradicción. Su visión espiritual es estereoscópica, igual que su visión física: ven dos imágenes diferentes al mismo tiempo, y precisamente por eso ven mejor. (…) Y es precisamente ese equilibrio entre aparentes contradicciones lo que mantiene a flote su cordura. El secreto del misticismo consiste en que se puede entender todo con la ayuda de cosas que no se entienden. El lógico enfermizo intenta que todo sea cristalino, y lo único que consigue es que todo sea misterioso. El místico permite que una cosa sea misteriosa, y todo se vuelve más cristalino. (…)
…la cruz, aunque en su centro se produzca una colisión y una contradicción, puede extender eternamente sus cuatro brazos sin cambiar de forma. (…) La cruz abre sus brazos a los cuatro vientos. Es una señal en el camino de los viajeros libres.
G. K. Chesterton
Ortodoxia, Cap II.
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