El nombre de Juan significa: «aquel en el cual está la gracia». Ahora bien, donde debe nacer la gracia, se tiene que caminar por caminos de conversión. Si se lograse seguir este camino, sería una cosa deliciosa. Si se aprendiese bien este camino, nacería en él de verdad la gracia de Dios. El hombre no tiene nada por sí mismo; todo proviene de Dios y por Dios: tanto lo grande como lo pequeño. El hombre debiera tener siempre presente este pensamiento en su corazón (…).
En esto el hombre debe humillarse y arrojarse a los pies de Dios para que se compadezca de él. Debe además esperar plenamente en Dios. Entonces, de pronto, Juan -esto es, la gracia- nace en ese humus de humildad. En el valle de la humildad crece la dulzura, la confianza, la calma, la paciencia, la bondad (…). Cuando tiene lugar este nacimiento, se experimenta un gozo en el espíritu tan grande que nadie puede expresarlo (…).
En estas personas descansa la santa Iglesia y, si no existieran, la cristiandad no subsistiría ni una hora. El hecho de que existan es mucho más importante que toda la actividad del mundo. Que Dios nos conceda a todos nosotros lograr todo esto del modo más rápido y glorioso. Amén.
Juan Taulero
Sermón por la natividad de san Juan Bautista
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El nombre de Juan significa: «aquel en el cual está la gracia». Ahora bien, donde debe nacer la gracia, se tiene que caminar por caminos de conversión. Si se lograse seguir este camino, sería una cosa deliciosa. Si se aprendiese bien este camino, nacería en él de verdad la gracia de Dios. El hombre no tiene nada por sí mismo; todo proviene de Dios y por Dios: tanto lo grande como lo pequeño. El hombre debiera tener siempre presente este pensamiento en su corazón (…).
En esto el hombre debe humillarse y arrojarse a los pies de Dios para que se compadezca de él. Debe además esperar plenamente en Dios. Entonces, de pronto, Juan -esto es, la gracia- nace en ese humus de humildad. En el valle de la humildad crece la dulzura, la confianza, la calma, la paciencia, la bondad (…). Cuando tiene lugar este nacimiento, se experimenta un gozo en el espíritu tan grande que nadie puede expresarlo (…).
En estas personas descansa la santa Iglesia y, si no existieran, la cristiandad no subsistiría ni una hora. El hecho de que existan es mucho más importante que toda la actividad del mundo. Que Dios nos conceda a todos nosotros lograr todo esto del modo más rápido y glorioso. Amén.
Juan Taulero
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