Sencillez

«Trata de arreglarte con tu hermano por el camino» (Lc 12,58)

Si tu ojo es sencillo, todo tu cuerpo lo será, dice el Salvador. Simplifica tus juicios; no hagas tantas reflexiones ni réplicas, sino camina sencillamente y con confianza. Para vos no hay sino Dios y vos en este mundo; con el resto no tenés nada que ver, sino en la medida en que Dios te lo exija y como Él te lo exija. Te lo ruego: no andes mirando tanto para acá y para allá; ten tu vista recogida en Dios y en vos. Nunca verás a Dios sin bondad y sin misericordia, ni te verás a vos misma sin miseria. Su bondad la verás siempre propicia a tu miseria y tu miseria, objeto de su bondad y misericordia. Por tanto, no te fijes sino en eso, me refiero a mirarlo con detenimiento y expresamente; y todo lo demás vélo como de paso.

Por tanto, no escudriñes lo que hacen los demás ni lo que les sucede; míralos sencillamente, con dulzura y afecto. No exijas de ellos más perfección que la que tenés vos, ni te asombres de sus imperfecciones tan variadas, que por ser raras y extrañas no son mayores. Haz como la abeja, que liba la miel de todas las flores y hierbas.

Te mando, en segundo lugar que hagas como los niños: mientras notan que su madre los sostiene por el brazo, se sienten valientes y corren sin asombrarse de los tropezones que la debilidad de sus piernas les ocasiona. Pues lo mismo hagas cuando notes que Dios te sostiene por la buena voluntad y resoluciones que te ha dado para servirlo, ve animosa, sin asombrarte de las caídas y tropezones que tengas; y sin enfadarte, siempre que de vez en cuando te eches en sus brazos y lo beses con el beso de la caridad.

Camina con alegría y a corazón abierto, lo más que puedas; y si no siempre vas alegremente, al menos ve con valor y confianza. No huyas de la compañía de las Hermanas, aunque no sean de tu agrado; mas bien huí del propio gusto cuando te cueste seguir la conversación de las Hermanas.

Ama la santa virtud de la tolerancia y la flexibilidad, pues dice San Pablo que así cumplirás la ley de Jesucristo.

San Francisco de Sales
A la Hna. de Soulfour, 1603