Hoy la Iglesia debe luchar contracorriente, con coraje y esperanza, sin temor a alzar la voz para denunciar a los hipócritas, los manipuladores y los falsos profetas. A lo largo de dos mil años, la Iglesia se ha enfrentado a muchos vientos contrarios, pero al final de los caminos más áridos ha logrado siempre la victoria.
Card. Robert Sarah
Dios o nada
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