«En Ella no deja sombra el sol de Dios», escribe Bérulle cuando se refiere a la Santísima Virgen. Hay dos especies de grandeza en el hombre: la que hace referencia al dejar pasar a Dios, y otra, la que lo rechaza. Grandeza de la limpidez y grandeza de la oscuridad. Ante un ser excepcional, hay que preguntarse siempre de dónde procede su superioridad, si de la luz que transmite o de la sombra que proyecta. En los dos extremos están María y el Demonio. Las demás grandezas son una mezcla de ambos extremos en medidas variables.
Gustave Thibon
Una mirada ciega hacia la luz, El yo y el alma.
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