¡Cómo es hermoso tu rostro, oh Señor!

¡Cómo es hermoso tu rostro, oh Señor!,
después de veinte siglos a nosotros es dado, tus redimidos,
complacernos de las reales facciones,
que nos has dejado en tu Sagrado Sudario,
¡y poder ver en él tu Pasión, tu Amor por nosotros!

¡Abre esos ojos tuyos, oh Jesús, y mírame!
Dame solamente una mirada, que encienda mi corazón,
que me haga entender quien eres Tú y quien soy yo.

¡Mírame, Señor!
¡Abre tus labios rociados de Gracia y háblame!
Has que yo oiga esa Voz
que abría los ojos a los ciegos,
daba salud a los enfermos, vida a los muertos,
que tranquilizaba, consolaba, convertía… háblame, Jesús.

Inclina tu oído, oh Jesús,
y escucha mi pobre voz.
¡Haz que yo vea, oh Señor!
¡Purifica mi corazón, Jesús!

Jesús, hijo de David, ¡ten piedad de mí!
¡Sálvame, Jesús!
¡Porque yo me veo perdido!
Espero en Ti, oh Señor,
¡No quedaré confundido eternamente!

Beata Madre María Pierina de Micheli

Santo Rostro de Jesús, míranos con Tu Misericordia.