En el crecimiento del árbol, la raíz no se suprime del tronco, sino que, por el contrario, es nutrida y conservada por él, como también lo conserva y lo nutre; del mismo modo, tampoco el tronco se suprime de las ramas, de las hojas y de las flores, etc., sino que todo esto en su conjunto forma una sola planta perfecta, que vive no por el cambio de sus partes, sino por la mutua conservación. Así, también para la Iglesia visible, la verdadera situación no consiste en el hecho de que en ella no aparezca nada nuevo, sino en el hecho de que el nuevo elemento que aparece en ella no contradiga lo viejo, no lo destruya, sino que lo afirme y le dé la vuelta.
Vladimir Soloviev
Los fundamentos de la vida espiritual, P. II, C. 5.
Fotografía: © Piotr Skrzypiecjpg
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