Es un buen momento para escuchar estas charlas (o bien para volver escucharlas), como quien recibe una medicación para sanar sus enfermedades, para poner las cosas en su lugar.
Hace un tiempo me atreví a parafrasear el título: «Y el Amor se hizo carne».
El Amor se hizo nada, se abajó hasta lo más profundo del misterio del hombre para salvarnos, hasta la muerte… El infinito se abajó a lo finito, el Eterno se abajó al tiempo, el que nada puede contener, se abajó a las limitaciones de un hombre con sus mismas características excepto el pecado…
Se hizo un Rostro visible: el Rostro del Amor. Y sólo esa es la fuente del Amor, una palabra de infinita trascendencia, tan vapuleada últimamente… Pero el que quiera conocer qué es el Amor, sólo puede hacerlo mirando ese Rostro: «Aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón».
El Rostro de un niño recién nacido en pañales en un pesebre.
Parte 1: https://youtu.be/WMc0J5lPBM8
Parte 2: https://youtu.be/Ut8_lZe1ePU
Retiro Adviento Navidad 2015
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