San Agustín

Cuando llegue el momento en que ya no surja absolutamente ningún deseo al que haya que poner resistencia, no habrá ningún enemigo con quien combatir

Cuando llegue el momento en que ya no surja absolutamente ningún deseo al que haya que poner resistencia, no habrá ningún enemigo con quien combatir; tampoco se esperará victoria alguna puesto que se celebra el triunfo sobre el enemigo ya vencido.

Escucha lo que dice el mismo Apóstol sobre esa victoria: «Porque es necesario que esto corruptible se revista de incorruptibilidad y esto mortal se revista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya revestido de incorruptibilidad y esto mortal se haya revestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: La muerte ha sido absorbida en victoria» (1Co 15, 53-54). Escucha los gritos de los triunfadores: «¿Dónde está, ¡oh muerte!, tu contienda? ¿Dónde está, ¡oh muerte!, tu aguijón?» (1Co 15, 55). Me golpeaste, me heriste, me derribaste, pero fue herido por mí quien me hizo a mí. ¡Oh muerte, muerte! Fue herido por mí quien me hizo a mí, y con su muerte te venció a ti. Y entonces los triunfadores dirán: «¿Dónde está, ¡oh muerte!, tu contienda? ¿Dónde, ¡oh muerte!, tu aguijón?»

San Agustín
Sermón 128, 10

0 comments on “Cuando llegue el momento en que ya no surja absolutamente ningún deseo al que haya que poner resistencia, no habrá ningún enemigo con quien combatir

Deja un comentario

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s

%d bloggers like this: