«Podrás decir a Dios con los sentimientos del profeta: Señor, mi corazón y mis ojos no tienen ningún motivo para enaltecerse y enorgullecerse, ni para buscar cosas grandes y maravillosas. Y con todo, aún no soy humilde. Pero la confianza me sostiene y anima. Estoy, como un niño, privado de los placeres terrestres y apoyado en el seno de mi madre; allí me colman de bienes» (San Luis María Grignion de Montfort)
Totus tuus ego sum,
et omnia mea tua sunt.
Accipio te in mea omnia.
Praebe mihi cor tuum, Maria.
0 comments on “Totus tuus ego sum”