Aparte del amor nada ha existido, ni existirá jamás. Sus nombres y acciones son muchos. Más numerosas aún son sus marcas distintivas; divinas e innumerables son sus propiedades. Sin embargo, es uno en la naturaleza, totalmente más allá de la expresión, ya sea por parte de los ángeles o los hombres o cualquier otra criatura, incluso aquellos que son desconocidos para nosotros. La razón no puede comprenderlo; su gloria es inaccesible, sus consejos inescrutables. Es eterno porque está más allá del tiempo, invisible porque el pensamiento no puede comprenderlo, aunque pueda percibirlo. ¡Muchas son las bellezas de esta Sión sagrada no hecha con las manos! El que ha comenzado a verlo ya no se deleita en los objetos sensibles; deja de estar apegado a la gloria de este mundo.
San Simeón, el nuevo teólogo
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Aparte del amor nada ha existido, ni existirá jamás. Sus nombres y acciones son muchos. Más numerosas aún son sus marcas distintivas; divinas e innumerables son sus propiedades. Sin embargo, es uno en la naturaleza, totalmente más allá de la expresión, ya sea por parte de los ángeles o los hombres o cualquier otra criatura, incluso aquellos que son desconocidos para nosotros. La razón no puede comprenderlo; su gloria es inaccesible, sus consejos inescrutables. Es eterno porque está más allá del tiempo, invisible porque el pensamiento no puede comprenderlo, aunque pueda percibirlo. ¡Muchas son las bellezas de esta Sión sagrada no hecha con las manos! El que ha comenzado a verlo ya no se deleita en los objetos sensibles; deja de estar apegado a la gloria de este mundo.
San Simeón, el nuevo teólogo
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