Gabriele Amorth

Exito o fracaso

Muchas veces me he encontrado con personas, también muy ancianas, que me dijeron: «Yo en mi vida no he logrado nada, no sé ni siquiera para qué he vivido. ¡No lo sé!»

Hijito, el porqué te lo dice Dios: has vivido en este período (entre el nacimiento, la vida que Dios te ha dado, y la vida inmortal que Dios te da después de la muerte), has vivido en este período para conquistar el cielo, para conquistar la vida eterna. Por eso, aunque uno en la vida haya fracasado en todo, no haya tenido éxito en nada, si salva su alma, su vida es un éxito.

Si uno en la vida consigue todo, se convierte en un gran personaje, en un jefe de Estado, llega a ser riquísimo, tiene de todo, posee castillos, pero condena su alma, su vida es un fiasco, es un fracaso. Entonces sabemos de Dios cuál es nuestro origen: venimos de él, hemos sido creados por medio de Jesucristo. Sabemos nuestro fin: hemos sido creados con vistas a Jesucristo.

El fin de nuestra existencia es Jesucristo, y Dios no podía darnos un fin más grande: vivir con él, para él, la misma felicidad de Jesucristo. Y ahora la tercera cosa: el fin de nuestra existencia terrena es que, con nuestras elecciones entre el bien y el mal, elijamos cuál será nuestra vida futura.

Dios nos quiere a todos en el cielo, nos da a todos las gracias para salvarnos; también si uno se equivoca, Dios da gracias para el arrepentimiento, para arrepentirse. Pero si uno rechaza todas las gracias de Dios, si quiere ir contra Dios, si quiere usar las tres leyes del satanismo que hemos enunciado (harás todo lo que quieras, nadie tiene el derecho a mandarte nada, tú eres el dios de ti mismo): si quiere vivir según las leyes que son de Satanás, se comprende que vas a terminar con Satanás. Tu fin eterno será la eterna condenación.

Padre Amorth
Mi encuentro con el diablo

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